Uno de los problemas más graves que afecta directamente a la industria textil alpaquera es la alta presencia de fibras gruesas presentes en los vellones ofertados por los productores. Se calcula que más del 60% de la producción nacional esta constituido por este tipo de vellones. Este problema es causado, entre otras razones, por un deficiente manejo de los hatos alpaqueros por parte de los criadores.Este hecho es el ABC de todos los diagnósticos del sector alpaquero. Y luego, como consecuencia la solución es sencilla: hay que enseñar a los criadores a manejar sus hatos adecuadamente y lograr el mejoramiento genético de los hatos existentes para lograr fibras más finas. Famosa fórmula de la cual se han hecho eco varios proyectos de desarrollo del sector. Incluido el importante Proyecto Proalpaca que ejecutó el CONACS entre los años 2001 y 2006.
Sin embargo, pese a ser esta la solución, en la práctica esta fórmula resulta inviable si es que no existe un registro genealógico nacional único de alpacas de alto valor genético. Registro que no existe en el país luego de la desaparición de del Consejo Nacional de Camélidos, CONACS. Pero, que si existe desde 1988 en Estados Unidos, el cual es realizado por la Alpaca Registry Inc.(ARI), con sede en Lincoln, Nebraska. Institución privada que realiza registros con el auxilio de la tecnología de análisis de ADN. Actualmente, según sus informes, tienen en su base de datos, registradas en el mundo,
más de 140,000 alpacas de la cuales el 90% se encuentra en USA. Constituida en un 26% por animales de color blanco y 74% de otro color. Mirar esta realidad nos debe llevar a enfrentar el problema de los registros genealógicos y solucionar un problema que ya existe en el sector alpaquero, los llamados: “reproductores bamba”. Expresión de la falta de un registro que garantice reproductores certificados de calidad para ejecutar proyectos serios de mejoramiento genético
