El anuncio de un dirigente de los alpaqueros de Ayacucho de impulsar un paro regional, pone de nuevo en el tapete la crítica situación de este sector que puede ser generalizada a otras regiones. Los criadores organizados en COPUCNA viven en los distritos más pobres de Ayacucho. Por ejemplo: el distrito de Vinchos tiene, según el INEI, al 54.2% de su población en condición de pobreza extrema, Chuschi 40.5%, Paras 43.3%. Condición que se agrava porque los criadores viven en zonas sobre los 3,500 msnm, regiones en las que la única actividad posible es la crianza de camélidos.
Otro problema es la excesiva atomización de los hatos alpaqueros. En términos promedio una familia alpaquera posee solo 100 alpacas, número que reduce a la condición de supervivencia esta actividad económica. El problema crítico es el precio de la fibra esquilada por libra. Luego de cerrada la campaña de acopio los precios actuales son de 5.50 soles por libra, precio que no cubre los costos de producción de la fibra.
Pese a los esfuerzos de la cooperación internacional, gobiernos regionales, instituciones privadas en los últimos años se sigue manteniendo la situación estructural de pobreza de este sector. El origen de esta situación tiene que ver con la variación cíclica de precios en el mercado internacional, la baja calidad de la fibra, la poca calidad genética de los animales entre otras razones.
Un elemento importante es que el estado no tiene una estrategia única para enfrentar el grave problema de los alpaqueros. Situación agravada porque en los últimos años se ha eliminado al Consejo Nacional de Camelidos Sudamericanos, CONACS, institución que debió encargarse de diseñar y ejecutar politicas en favor de los criadores de camélidos. Pese a que la pequeña noticia puede pasar inadvertida para muchos; sin embargo, puede anunciar una nueva fuente de conflictos que esconde problemas atávicos de ese otro Perú que ignoramos.
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