domingo, 28 de abril de 2013

Vuelve la caza furtiva de vicuñas

Las matan para robar su fibra y carneHace algunos día se dio a conocer la noticia de la matanza de 300 vicuñas en las altura de Cotaruse en Apurimac. Este hecho revive el peligroso rebrote de la caza furtiva que casi puso al borde de la extinción a las vicuñas en el Perú hace más 30 años. El accionar de estos grupos de delincuentes es conocido. Se trata de cazadores con armas de largo alcance y miras telescópicas que durante días siguen las rutas de tránsito de las vicuñas hasta conocer los lugares donde beben o descansan. Son gente extraña a la comunidad pero que necesariamente tienen apoyo de pobladores de la zona. Luego ubican las tropillas de vicuña y detectan al macho el líder a quien primero eliminan. El resto de vicuñas, mayormenete hembras, se desconciertan y son facil presa de los cazadores quienes las matan sin misericordia para quitarles la fibra. Son casi 220 gramos que tiene cada animal. Imaginemos cuántos animales se necesitan para conseguir un kilo de la preciada fibra.

Qué hacer para detener la caza furtiva? Si bien es que cierto la participación de la policía es indispensable. Pero se han dado casos en los cuales los cazadores furtivos tienen mejor armamento que la policía y no pueden perseguirlos en las alturas, aparte de los recursos de movilidad que poseen. (Yo he escuchado versiones que afirman que los cazadores provienen de Bolivia).  Entonces es allí donde la participación de la comunidad es clave. Los comuneros conocen bien sus zonas y pueden seguir el ejemplo de otras comunidades que  han organizado equipos de guarda parques para dar aviso de movimientos extraños en las zonas vicuñeras. Pero eso necesita apoyo de equipos de comunicación ligados a la policia. Y sobre todo una buena organización. De ello hay experiencias de guarda parques que han trabajado en el hoy desaparecido CONACS. Otro aspecto es poder controlar la venta de la fibra que tiene que hacerse con autorización del estado.

Pero creo que los más importante es realizar la esquila de las vicuñas. Uuna vez que ya están esquiladas pierden valor para los cazadores furtivos. Recordemos que la campaña de esquila comienza en junio y termina en noviembre. Los cazadores saben esto y pueden seguir con la caza, sobre todo en aquellas comunidades que no han hecho esquila en las campañas pasadas o no tienen vigilancia. Las comunidades deben estar alertadas y proteger a estos bellisimos animales que además son uno de nuestros símbolos nacionales. Aquellos que hemos visto correr grupos de vicuña por nuestros vastos territorios andinos a más de 4,500 msnm desafiando el frio o los suelos pedregosos comprenderán la belleza de este animal. Y comprenderan también la tarea de la naturaleza que ha adaptado a estos animales para que vivan con los escasos pastizales y la falta de oxigeno de las alturas.



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