Hace muchos años trabajo con criadores alpaqueros en la zona sur del País: Ayacucho, Huancavelica, Apurimac, Cusco y conozco las zonas alpaqueras de Puno, Arequipa. He viajado mucho por esas zonas. Hoy día leo las noticias de las muertes de alpacas en Puno, me impactan y nos impactan. Esta ha sido una de las heladas más fuertes en los últimos 10 años en Puno. Pero este hecho no es aislado se produce de manera recurrente en todas las zonas andinas del país.
Unos datos nos pueden ayudar a medir la magnitud de la tragedia. Una familia alpaquera tiene un promedio de 100 alpacas. Esta cantidad es muy pequeña para que puedan hacer una crianza rentable. Cuando un alpaquero vende su fibra recien esquilada a los intermediarios les pagan precios que no cubren su costos de producción. Han existido épocas en las que se llegó a pagar hasta S/.4 la libra. Un animalito produce 4 libras al año aprox.) Luego de un año de crianza un animal le rinde S/. 16 y solo esquilan un poco más de la mitad de sus animales. Calculen ustedes.
Este sistema de comercialización los condena a una miseria insalvable. Ahora entienden lo que significa la muerte de una animal para estos peruanos?.
Y eso que la fibra de alpaca ha sido declarado por el estado como un ¡¡¡PRODUCTO BANDERA¡¡¡ del Perú. Por ello las ayudas de última hora solo son un paliativo. Lo que se debe resolver son los problemas estructurales que generan la pobreza de los llamados pastores de altura. (He visto la entrevista a Julio Cotler quien se escandalizaba porque se va a hacer un Metro que cuesta miles de millones de dólares para Lima. Es cierto, solo una parte de ese presupuesto serviría para ayudar a los criadores alpaqueros, porque ciertamente Lima no solo es el Perú). 
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